En el contexto económico de Argentina la respuesta es clara y fácil de comprender para todos. Si nuestros ahorros no son invertidos para producir una rentabilidad que mínimo equipare a la inflación, los mismos desaparecerán.
Aquí entran los conceptos de ahorro nominal y ahorro real. El primero representa el número, el importe que tenemos ahorrado, es decir, si tengo $10.000 en mi cuenta bancaria este será mi ahorro nominal. Si al cabo de un año logro ahorrar unos $4.000 adicionales, mi ahorro nominal pasará a ser $14.000; ahora pasamos a explicar el ahorro real, este hace referencia a lo que realmente podemos hacer con ese dinero. Debido a que nuestro costo de vida y productos que consumimos suben de precio mes a mes, esos $10.000 iniciales no nos darán el mismo poder de compra en Enero que en Diciembre. En nuestro ejemplo anterior habíamos logrado incrementar nuestros ahorros a $14.000, es decir, nominalmente tenemos $4.000 mas en nuestra cuenta, pero realmente tenemos lo mismo.
En el 2014 la inflación calculada por el Congreso fue entorno a 38%, es decir que a fines de Diciembre necesitábamos un 38% mas de dinero para comprar las mismas cosas que en Enero. Traducido a números, los $4.000 que logramos ahorrar ese año no representan un crecimiento en nuestro ahorro en términos reales.
Para combatir a este terrible enemigo debemos recurrir a las inversiones; esto no indica que exclusivamente haya que invertirlo en la bolsa (aunque como veremos mas adelante es una de las mejores opciones).
Alternativas:
1 – Invertir en Plazos fijos: Si hubiéramos invertido nuestros $10.000 en un plazo fijo a 360 días, a fin de año contaríamos con $12.385 nominales (Tasa Nominal Anual Plazo fijo: 23.85%), nada mal por no hacer nada. Ahora pensándolo en términos reales, dado que la inflación del 2014 fue del 38% y no habiendo superado ese valor con nuestra inversión terminamos perdiendo.
2 – Invertir en Fondos Comunes de Inversión: Para quienes no los conocen se tratan de paquetes de inversión pre-armados ofrecidos por bancos o entidades financieras. Los mismos incluyen inversiones en Acciones, Bonos o Commodities entre otros. Estos FCI son administrados por profesionales que día a día cambian la composición de esta cartera para mantenerla rentable. Usualmente tienen un costo administrativo asociado de entre 2 y 5%. Por poner un ejemplo nombraré el Super Fondo Acciones del Banco Santander Río; este tuvo un rendimiento en el 2014 del 51.72% con un costo administrativo del 3.88%. Pasado a números, con nuestra inversión inicial en Enero de $10.000, cerramos Diciembre con $14.583 ($15172 – $588 de gastos administrativos). Es decir, nuestra ganancia nominal fue de $4.583 y descontando la inflación nos deja una ganancia real de $783. A pesar de no ser muy atractiva logramos nuestro objetivo principal, ganarle a la inflación y no desvalorizar nuestros ahorros.
3 – Invertir en Acciones: Esta es mi opción favorita, el MERVAL (Índice que agrupa a las principales empresas del país) tuvo un rendimiento del 59.4%, no muy lejano al obtenido por el FCI nombrado anteriormente, pero la ventaja aquí radica en que no pagamos gastos administrativos dado que nosotros mismos manejamos nuestra cartera (acciones, bonos, etc que componen nuestro portafolio). Con un poco de tiempo y conocimiento podemos superar ampliamente los rendimientos de cualquier fondo.
Sin ir mas lejos, el MAX 200 que se encuentra publicado en este blog (Portfolios > 2014 > MAX 200) tuvo solo en el mes de Enero un rendimiento del 17.87%.
El gráfico muestra el rendimiento desde el 19 de Diciembre, por eso el rendimiento/performance que aparece en verde es de 29.21%.
Un último dato a tener en cuenta es el horizonte de Inversión. En estos casos siempre hablamos de 1 año dado que es un período necesario en el caso de invertir en Acciones o FCI para poder compensar cualquier variación o baja que se puede producir en el año.
Si buscás inversiones a plazos menores a 6 meses tal vez la bolsa no sea tu mejor opción.
