Existe un mundo oscuro, sin luz al final del túnel denominado Sistema de Reparto Previsional. El sistema jubilatorio argentino es solidario, durante 30 años de vida laboral activa, aportamos a un fondo común del que viviremos todos en el futuro. Estos fondos son administrados por el ANSES, encargado de invertirlo de manera segura y rentable para luego devolverlo a sus aportantes de manera mensual en lo que será su jubilación.
¿Estoy salvado?
Todo marcha bien hasta que empezamos a hacer las cuentas. Si a cada empleado formal le retienen aproximadamente el 20% de su sueldo para su futura jubilación, necesitaríamos 5 personas aportando para que cada jubilado tenga un ingreso igual a un sueldo. Para beneficio del sistema, los jubilados no reciben como pago el equivalente a un sueldo (cobran menos), además con una expectativa de vida promedio en Argentina de 76 años y la edad mínima requerida para jubilarse de 65 años, el estado solo debería mantenernos por 11 años, luego estaremos muertos y el resto del dinero queda en el fondo común.
Aún con todos estos beneficios el sistema no es sostenible. Nuestro país cuenta con un 40% de los empleados trabajando de manera informal que no aportan al fondo común y eventualmente (gobierno populista de por medio) terminan recibiendo una jubilación.
Si no se realizan las correcciones pertinentes, el sistema previsional solidario se quedará sin fondos para pagar a los jubilados futuros (nosotros). Las maneras de corregirlo son las siguientes:
1 – Aumentar la cantidad de aportantes.
2 – Aumentar el % de sueldo que retiene el estado.
3 – Aumentar la edad jubilatoria.
4 – Reducir el sueldo de los jubilados.
5 – Reducir la cantidad de jubilados.
Créase o no, soy una persona muy positiva, tiendo a ver lo bueno en cada situación y aprendí a aprovechar las oportunidades, después de todo es parte de nuestro ser, la argentinidad, la avivada, el sacar provecho. Poniendo mi mejor voluntad y optimismo no creo posible que este sistema me otorgue una buena calidad de vida en mis años dorados.
¿Cuál es la alternativa?
Destinar un 10% de nuestro sueldo a un plan de retiro puede ser la solución a este problema. El salario promedio según el INDEC para CABA es de $20.000, de aquí $2.000 constituyen el 10%, unos U$S 114.28 a la cotización de $17.50.
Un ahorro anual de U$S 1371.26 (U$S 114.28 x 12 meses) invertido con una rentabilidad del +10% anual durante 30 años nos daría ahorros por U$S 248.138. Para tener como referencia el MERVAL rindió +29% en dólares en 2016 y +43% en dólares en 2017, un +10% de rendimiento es perfectamente alcanzable.
Caso práctico
Un empleado de 30 años comienza a separar e invertir $2.000 por mes durante 30 años más. Al cumplir 60 tendrá a su disposición ahorros por U$S 248.138 mediante el cual puede retirar U$S 2.000 por mes ($35.000) y seguir invirtiendo el resto.
Debido a que los U$S 2.000 que retiramos mensualmente representan un importe superior al rendimiento obtenido por nuestras inversiones, los ahorros disminuirán gradualmente y habrán desaparecido por completo a nuestros 89 años. Quien tenga la posibilidad de aportar el 20% de su sueldo en lugar del 10%, podrá retirar mensualmente U$S 4.000 también hasta los 89 años.
Conclusión
Parece mucho más sensato hacer un pequeño sacrificio durante nuestra vida laboral activa para conformar un fondo de retiro propio, privado y que nadie más podrá tocar. Argentina podrá pasar por corralitos, devaluaciones o crisis sin que nuestro futuro retiro se vea comprometido en cada oportunidad.
Pueden evaluar de los instrumentos de inversión disponibles en el mercado en ¿En qué debo Invertir según mi Horizonte y Riesgo?. Por nuestra parte quedamos a disposición de todos los lectores por cualquier pregunta o consulta.
