Esta semana el triunfo de Trump en las elecciones presidenciales en los EEUU sumió a los mercados mundiales en una gran incertidumbre. Lo mas cómodo hubiera sido que gane Hillary, continúe con las políticas económicas propiciadas por su par demócrata Obama y esperaríamos mas de lo mismo.
Sin embargo, luego de ocho años llega la sorpresa; confusión, preocupación y temor producen que los capitales migren en busca de activos seguros o de calidad (Fly to Quality), ya sean bonos del tesoro, renta fija o simplemente quedarse con el capital en las manos durante un indeterminado (wait and see). Los capitales son cobardes y la migración se está haciendo sentir con fuerza en Argentina. La bonanza que disfrutamos durante el último año con el cambio presidencial, la apertura a un mundo sumido en crisis a tasas cero de retorno y nuestro país como una luz al final del túnel, un faro de oportunidad para los inversores internacionales que buscaban hacer crecer su dinero a tasas inimaginables en otras partes del mundo se empezó a apagar.
Desde el mejor momento del año nuestro portafolio privado lleva acumulada una baja del 10% y creo que estamos en el principio de la corrección. La tranquilidad de haber invertido en activos con un horizonte de inversión largo no hacen necesaria la venta de ninguna posición de nuestra cartera y vemos con alegría la baja en las cotizaciones porque siempre son una nueva oportunidad de compra. El precio a una empresa se lo otorga el mercado, pero el valor se lo otorga el inversor.
Con el 10% de nuestra cartera líquida y un 15% mediante el aporte de fondos adicionales en Diciembre, esperamos que la suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos para fin de año brinde el golpe final a las bajas, se produzca una fuerte corrección y podamos empezar el primer trimestre de 2017 con precios muy atractivos para fortalecer nuestro portafolio y si realmente la inseguridad del resto de los inversionitas está de nuestro lado, poder posicionarnos en empresas que hoy aún después de las bajas se encuentran a precios prohibitivos.
Como bien leí hoy decir a Guillermo Brito en Facebook, «Ningún mar en calma hizo experto a un marinero», hoy estamos entrando a la tormenta. Nuestro comportamiento en los próximos meses dejarán enseñanzas en lo que puede ser una de nuestras primeras crisis mundiales.
Volviendo al título de esta publicación, nunca debemos olvidar que estamos invirtiendo en renta variable. Estos movimientos ocurren porque el riesgo siempre va de la mano con ganancias e históricamente el que supo esperar, vivir lo peor y siguió apostando a lo que su análisis le dictó siempre ganó.
Si fuera adivino hubiera vendido toda mi cartera a principios de Octubre cuando empezaron las correcciones en el mercado Argentino y compraría todo justo antes que empiece a subir. Una alternativa siempre es tener una parte importante del portafolio líquida, en momentos de subas perdemos rentabilidad y en momento de bajas ganamos, terminando parados en el mismo lugar.
¿Qué debe hacer el inversor?
Antes que nada recordar sus horizontes de inversión, aversión al riesgo y tomar decisiones que le permitan dormir tranquilo. Warren Buffett dijo alguna vez que si no estamos dispuestos a ver caer un 50% nuestras posiciones no deberíamos invertir en bolsa. También nos regaló 3 reglas indispensables para todo inversor:
1 – No pierdas dinero.
2 – No olvides la regla numero 1.
3 – No te endeudes.
Para no perder dinero tenemos que estar muy seguros al momento de invertir en una empresa de evaluar sus fundamentos, como gana dinero, si lo seguirá haciendo y si la empresa está creciendo sin tomar demasiada deuda. Si estos datos no cambiaron de Martes a Miércoles la empresa debería costar lo mismo. Las pérdidas se materializan una vez que vendemos nuestras tenencias, mientras tanto constituyen la misma cantidad de títulos en nuestra cuenta comitente que varía su cotización según el humor del mercado. Quien tomó deuda a corto plazo para invertir en bolsa, hoy está perdido.
Estadísticamente con un horizonte de inversión de 30 años es imposible perder dinero. El tiempo dirá sin nos equivocamos.
