El atraso cambiario se hace evidente cuando la industria local no logra exportar (baja su producción) y es mucho mas económico adquirir productos en el exterior (incluido el viaje) que a nivel local.
Siendo este el caso se espera continúe la suba del dolar en relación al peso, no solo por nuestras malas políticas económicas y fiscales, sino también por una nueva ola proteccionista que fomentará el gobierno norteamericano a partir del 2017 limitando el acceso de productos extranjeros, favoreciendo su balanza comercial y generando un mayor valor sobre su moneda.
No estoy en contra de las medidas económicas tomadas hasta la actualidad, desafortunadamente gran parte del plan económico no se pudo realizar por desajustes fiscales. Como ya comenté en publicaciones anteriores, el estallido social que se produjo en el país cuando el gobierno intentó quitar parcialmente los subsidios produjo una pérdida de 6 meses sin ajustes hasta que lograron llegar a un consenso en referencia a las tarifas. El aumento fue mas acotado y el déficit fiscal que generan sigue sin control. Lo mismo sucede en el sector de transporte público.
Me hubiese encantado que todos los argentinos hicieran un análisis sobre los servicios que tienen contratados y los precios que realmente deberían estar pagando. Muchos se darían cuenta que no pueden afrontar el gasto de tener el aire acondicionado prendido las 24hs o la estufa al máximo para no abrigarse. Me hubiera gustado que en 2017 se puedieran quitar aún mas subsidios y llegar en algún momento a un punto de equilibrio para que el país no deba endeudarse año a año solo para que vivamos por sobre nuestras capacidades.
Pero vuelvo a la realidad, somos un país que en 2002 aprobó y aplaudió dejar de pagar los compromisos de deuda asumidos, que en 2013 hicimos lo mismo repatriando los fondos de las AFJP solo para utilizarlo como caja chica para el gasto corriente. Financiamos nuestro estilo de vida con deuda local e internacional para poder decir que vivimos bien y parece no interesarnos mientras siga la fiesta, después se verá.
Mi objetivo a largo plazo es proteger mis ahorros y si puedo obtener una rentabilidad de por medio aún mejor. Mediante el análisis del rendimiento del valor del dolar a comparación del peso y del peso en el índice MERVAL llegué a la conclusión que para mi caso esta última es la mejor alternativa.
El valor del dolar en relación al peso rara vez mejoró beneficiando a nuestro país. En otras palabras, Argentina nunca logró que el valor de su divisa mejore en relación a la moneda mas importante del mundo. Sin ánimo de asustar ni ofender a nadie, creo que jamás lo hará. Jamás tendremos una industria más eficiente, mejor regulada y administrada que la americana (al menos en lo que queda de mi vida). Con esto presente ¿Por qué ahorrar en pesos? ¿Tiene sentido para el inversor de Plazo Fijo? la respuesta es enfáticamente no.
¿Qué veo en las acciones argentina?
No es un mercado para que todos inviertan, se necesita un horizonte largo para obtener buenos resultados (el cual tengo), no debemos tener necesidad de disponer del capital invertido (el cual no necesito) y el análisis o la selección de empresas no debe ser a corto plazo (lo cual jamás realizo).
Así como el valor del dolar creció casi 16 veces (+1477%) en el período de tiempo anterior, el índice MERVAL creció 81 veces (+8070%) en pesos en igual período. Comprando U$S 1000 en 2001 para guardarlo debajo del colchón nos dio cero rentabilidad. Unos $1000 invertidos en el índice MERVAL en 2001 nos daría $81.000 y al tipo del cambio oficial unos U$S 5.160.
No busco fomentar que inviertan en acciones porque existen riesgos grandes en la pérdida del capital como así también la posibilidad de grandes ganancias. El inversor argentino viene programado con el chip de comprar inmuebles o dólares y después de todo lo vivido son excelentes opciones conservadoras.
En conclusión, no se queden con pesos si no son capaces de obtener rentabilidades superiores a la inflación. Cualquier plan futuro con un horizonte superior a 2 años será mas fácil de realizar con dólares en la mano.
El argentino piensa en pesos pero ahorra en dólares. Hoy invierto mi dinero en acciones locales pero ahorro para la universidad de mi sobrina en bonos dolarizados.